Cómo enseñar a tu perro a que acuda a tu llamada

¿Llamas a tu perro y pasa de ti? Hay perros que a la primera llamada acuden corriendo junto a su humano, en cambio otros, no solo les llamas y no hacen caso, si no que salen corriendo con la desesperación de su humano que, en ocasiones, se ve empujado a correr tras él.

¿Cómo solucionar este problema tan común?

Educar a tu perro a que acuda a tu llamada

Con una reeducación, tanto tuya como la del perro.

¿Por qué digo tuya? Porque, inconscientemente, llamamos a nuestro perro por su nombre para regañarle.

Si el perro aprende a asociar su nombre con una regañina, difícilmente te hará caso la próxima vez que le llames.

Sé que resulta algo complicado habituarse a solo llamarle por su nombre para situaciones que resulten agradables para el perro, porque si vemos, por ejemplo, que se está comiendo una planta, lo suyo es llamarle para captar su atención y luego regañarle.

Pues en vez de usar su nombre para captar su atención podemos usar el NO firme y enérgico, o una palmada, entonces, llamarle y cuando acuda a ti recompensarle con elogios, caricias o, si lo tienes a mano, algún premio en forma de comida.

Y, ¿cómo reeducamos al perro?

Pues haciendo justo lo contrario.

En casa, vamos a entrenar en no más de 5 minutos diarios la orden de acudir a la llamada que es tan sencilla como llamar al perro por su nombre y al acudir a ti, premiarle con alguna chuche.

De lo que se trata es que tu perro asocie su nombre con algo positivo.

A la larga aprenderá que siempre que le llames tendrás un premio para él hasta que llegue un momento en el que por inercia acuda siempre a ti sin esperar a que le des algo sólido, eso sí, intenta elogiarle o responderle con una caricia siempre que puedas.

Nosotros con Uma, desde bien pequeña, hemos asociado su nombre a algo bueno.

Entonces cuando le llamamos por su nombre es para comer, para irnos de paseo, para jugar, etc., y cuando hace algo que no debe le llamamos la atención pegando una palmada en el aire, una vez captada su atención, si sigue sin hacernos caso le decimos no y la llamamos por su nombre acompañado de un “ven aquí” y suele venir.

A veces, cuando vamos de paseo y se queda algo rezagada porque insiste en quedarse oliendo algo o explorando cierta zona, le llamamos por su nombre y si no hace caso le decimos “¿quieres una chuche?”, entonces viene como alma que lleva el diablo a por la chuche y asunto arreglado.

Algo que va muy bien y que ayuda a que el perro aprenda de una forma más eficaz el acudir a la llamada es generarle algo de desconfianza si se despista o no hace caso.

Nosotros lo hacemos mucho cuando vamos al campo, al bosque o a la playa y es escondernos cuando está más despistada.

Entonces, empieza a buscarnos como una loca y la llamamos escondidos por su nombre y empezamos un juego de “a ver si nos encuentras” que a ella le encanta, pero este juego que le divierte, también ayuda a que esté más pendiente de nosotros y haga más caso a las llamadas.

Y tu perro, ¿es de los que pasa de tu llamada o es un perro bien educado?

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